viernes, 21 de noviembre de 2008

DE LA AMISTAD

Pocas veces en la vida conoces a alguien que te enseña lo que realmente es la amistad. Altruismo, confianza, complicidad, comprensión, enseñanza y sobre todo amor. Es cierto eso de que los amigos de verdad se cuentan con los dedos de una mano, pero cuando los encuentras te haces más grande, porque en la amistad se contagia lo mejor de cada uno.

Y yo puedo decir con convicción que soy mejor persona después de haber conocido a Héctor, que soy más grande, más humilde y más justo, más ecuánime y mas generoso y que todo eso se lo debo, y que por todo eso le recordaré siempre.

Héctor daba y daba sin pedir nada a cambio, su corazón siempre estaba abierto para recibir a cualquiera, su experiencia siempre la ponía al servicio de los demás y su casa siempre fue un refugio para todos. Héctor nunca ponía mala cara, nunca daba una mala contestación ni se negaba a hacerte un favor.

Tenía pasión por la vida, estaba totalmente abierto a ella y le encantaba conocer, a todos los niveles, y no tenía prejuicios negativos, y si los tenía, luchaba por que no le condicionaran y por comprobarlos por si mismo.

Por todo esto, Héctor tiene tantos amigos y tanta gente que le quiere, y somos muchos los que le recordamos a diario y para los que es un referente, tanto moral como intelectual. Él está en nosotros, en todos los que le queremos, nos indica, nos apoya y nos ayuda a hacer lo correcto. Como siempre, mi querido Grandullón…

Carlos Fernández, “El concejal”

martes, 18 de noviembre de 2008

Angeles de la Iglesia en el día de tu cumpleaños

Hector te recuerdo siempre, pero especialmente en el día de tu cumpleaños.Te quiero agradecer la memoria de tu bondad, prudencía, personalidad y presencia entre nosotras.

Tu vecina de siempre

martes, 23 de septiembre de 2008

Comentario de Silvia al concierto homenaje a Héctor celebrado en Zaragoza.

Pues vaya vaya lo que hay que oir (o leer)…

La información siempre corre muy deprisa y a la misma velocidad, se desvirtúa.

En parte entiendo que cualquiera pueda pensar friamente que el evento olía a tapadera, siendo éste celebrado dentro de la Expo. Yo misma, que desde el principio estaba totalmente de acuerdo con el concierto y además creo que fue necesario sentimentalmente para muchos, cuando supe que era en la Expo, me dió mal rollo. Y no fui la única. No sienta bien pensar que mientras que unos transmiten su dolor a través del amor, otros se atribuyen una medallita solidaria.

Pero por otra parte, sabía que los compañeros de Héctor (a los cuales todavía les quedaban muchas batallas que luchar en la Expo) estaban trabajándose este bolo durante su tiempo libre, con muchísima ilusión y por qué no, rabia, para homenajearle de la manera que mejor saben y haciendo disfrutar a los demás. Sabía de primera mano y desde el día posterior a su muerte por sus compañeros más cercanos, que habían decidido voluntariamente organizarlo. Y fue bonito, emotivo, dulce, divertido, melancólico y nostálgico a la vez. No sé, nunca voy a olvidar este día. Así que, de frívolo nada.

Compañeros y amigos de la Expo, mucho ánimo con el desmontaje. Ya queda menos para que acabe este mal sueño.

Mil gracias y abrazos a todos.

martes, 16 de septiembre de 2008

La muerte de HÉCTOR trabajando en la Expo de Zaragoza

El 7 de agosto 2008, Héctor se precipitó al patio de butacas del Auditorio de la Expo desde una altura de 13 metros. Cayó y murió en el acto. Era técnico de sonido y tenía 27 años. La investigación sobre los motivos de este accidente laboral con resultado de muerte sigue abierta, pero ya se está barajando como posible causa la falta de medidas de seguridad. Si se confirma esta hipótesis, resultará que la muerte de Héctor se podía haber evitado. Esta frase, para los padres, para la hermana, para todos los que conocimos y queríamos (y queremos) a Héctor, es la frase más dura e intolerable que se puede escuchar. Se ha avanzado mucho en leyes sobre seguridad en el trabajo, pero seguimos teniendo unos índices de siniestralidad laboral insoportables, con lo cual algo falla: su aplicación, la ausencia de sanciones ejemplificantes para los incumplidores, y valorar a las personas y no al dinero que se puede sacar de ellas. Las consecuencias son nefastas, dolorosísimas.

Ana Murcia Clavería. 

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Carta de Javier leida en EL CONCIERTO HOMENAJE A HÉCTOR

Desde siempre fuimos aficionados a los espectáculos, especialmente musicales. Allí veiamos a vuestros compañeros, o quizá a alguno de vosotros, deambular por el escenario y sus alrededores formando un mundo, a veces invisible, sin el cual el espectaculo no era posible.

Con el tiempo Héctor fue uno de los vuestros.

A consecuencia de su accidente, os conocimos mejor y hemos encontrado unas personas extraordinadias, con sentimientos nobles y sinceros. Ahora creemos que las mayores posibilidades de Héctor para ser feliz en esta vida estaban entre vosotros, y por eso eligió ser uno más de vuestro mundo.

Por todo ello, en nuestra memoria siempre ireis unidos al recuerdo de Héctor.

Gracias por este homenaje a Héctor. Y gracias por ser com sois. El espectaculo debe continuar y vosotros con él, pòrque sin vosotros solo habría silencio y oscuridad.

Cuidaros y un abrazo fuerte para todos.


Javier Grande

Una respuesta para “ANTE EL CONCIERTO HOMENAJE A HÉCTOR, TRABAJADOR MUERTO EN LA EXPO”

Malaguita Dice: 

Soy un trabajador de la division de espectaculos de la expo,ademas de amigo de Hector.Solo deciros a los CNT que el concierto de homenaje a Hector fue idea nuestra,de los tecnicos y amigos de Hector,Expo agua atendió a nuestra propuesta cediendonos el espacio (escenario de Pl Nueva)
Por eso os digo,cenetistas,que no convirtais la fiesta de Hector,en un panfleto anti ccoo,anti ugt ni anti nada,sencillamente porque fue iniciativa de los compañeros de Hector.
Aun asi,aprovecho para agradeceros que esteis encima del tema Hector,porque cualquier ayuda,comentario o reivindicacion que hagamos,mantendra viva la problematica ,en cuanto a precariedad laboral y prevencion de riesgos se refiere.
Termino diciendo que la noche del concierto,junto a la hermana de Hector,su prima,su “vecina Silvia” y todos los tecnicos de espectaculos fue sencillamente memorable,hacia tanto tiempo que no disfrutaba tanto en un bolo,que su recuerdo siempre me acompañara.
Aprovecho tambiemn para transcribir la carta de agradecimiento que su padre nos hizo llegar para su lectura en dicho concierto homenaje al mas grande entre los grandes,el señor Hector Grande.

Hola Rubén! bueno, aqui te dejo el escrito, es una cosita muy breve.
1 besote!

ANTE EL CONCIERTO HOMENAJE A HÉCTOR, TRABAJADOR MUERTO EN LA EXPO

El pasado jueves fue noticia la próxima celebración, prevista para el lunes 8 de septiembre en el propio recinto Expo, de un concierto en homenaje al trabajador muerto el pasado 7 de agosto en accidente laboral en la Expo, Héctor Grande Álvarez.

Por si no era suficiente la actitud de los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, que con rapidez inusitada se apresuraron ya en el momento del accidente a afirmar que éste había sido responsabilidad del trabajador, poniéndose así del lado incondicional de la patronal (Expoagua) y posibilitando que la familia del fallecido, que suficiente tiene con soportar el duro golpe de perder a un ser querido en circunstancias tan trágicas, se vea abocada además a no cobrar ni un euro de las indemnizaciones que corresponden en situaciones similares, ahora se pretende zanjar el asunto cara a la opinión pública con un concierto homenaje. Es decir, convertir la muerte de un obrero en una fiesta, a la que -presumimos- los organizadores desearían que acudiesen juntos los compañeros del fallecido y sus jefes.

Entendiendo que la accidentalidad laboral, que se lleva cada año en este país las vidas de más de mil obreros y obreras, es un asesinato cotidiano del que los únicos ejecutores son los empresarios, responsables de la precariedad que tenemos que soportar hoy los trabajadores, desde la CNT zaragozana hacemos un llamamiento al boicot a este concierto. Que nadie asista a la frivolización de una muerte.

No convirtamos en fiesta la precariedad que nos cuesta la vida.”

Publicado por CNT-Zaragoza el 6 de Septiembre del 2008

Artículo completo en: http://laexpodesdeabajo.wordpress.com/2008/09/08/ante-el-concierto-homenaje-a-hector-trabajador-muerto-en-la-expo/

jueves, 4 de septiembre de 2008

Xavier Boixader

Hola a todos los familiares y amigos de Héctor.

Quiero sumarme en un eterno recuerdo a Héctor junto con los compañeros i amigos que compartiamos piso con él en Zaragoza aportando unas fotos tomadas en sus mas recientes dias.

Francesc, Eduard, Miki, Malaguita, Julio, ?, y Xavier quien os escribe. 

Mucho amor para todos.

PD: Las fotos se pueden ver en: Foto1, Foto 2
Posted by Picasa

Eduard Arribas

Era un tío grande, joven y profesional, tuve el placer y la suerte de conocerlo y compartir piso con él y algún compañero más en Zaragoza durante unas, ahora, breves semanas. Además de ser grande era una persona culta y razonable, simpático y tolerante, una promesa como cocinero y con una educación ejemplar poco frecuente en personas de su edad, creo que apenas 25 añitos; tenía además una especial facilidad para agradar al sexo opuesto. En resumen, lo tenía prácticamente todo, su único problema fue irse a trabajar a una Expo como casi todas las demás, plagada de decisiones a dedo y atiborrada de directivos sin la experiencia y preparación que requiere un evento de tales características, otra Expo con su denominador común, el de la especulación.

Le ofrecieron una suma respetable, que no envidiable, para ir a cubrir las carencias del resto del personal contratado de su mismo sector y cometió el error de aceptar el trabajo. Pues conocía la responsabilidad y la categoría profesional que se esperaba de él, sabía también que su jefe de sonido inicial había dimitido de su puesto por las innumerables trabas que se había encontrado para ejercer su cargo con la debida profesionalidad, éste le había avisado de la impotencia y la ingratitud a que se iba a ver sujeto. Aun así, por su profesionalidad quiso intentar reparar un problema intermitente que llevaba desde el inicio sin solución.

Quiso acceder al techo de una construcción, llamada “Palacio de Congresos”, efectuada con prisas y sin el asesoramiento técnico preceptivo, tal vez por la ignorancia o por la soberbia de sus arquitectos, tal vez por la avaricia especulativa que reina en estos proyectos, tal vez por sugerencia del constructor para abaratar el proyecto. El caso es que lo que debería haber sido un techo técnico con sus pasillos de trabajo, denominados normalmente “catwalk”, aquí era una solitaria pasarela que transcurre por el centro del edificio. ¿Cómo iba él a poder acceder al resto del perímetro de dicho techo para revisar los “patch panel”? Evidentemente, tendría que salir de la pasarela y transitar por encima de los paneles de madera utilizados como cerramiento del falso techo, pues los instaladores de la empresa de Telefónica que habían realizado los trabajos de instalación de los diferentes paneles de conexionado del audio y demás infraestructuras técnicas del edificio, se movían por allí sin prejuicios.

Panel sin señalizar

Y así lo hizo, se movió por la ruta habitual, que no segura, fue pasando los plafones, en su trayecto encontró dos de ellos no contiguos en los que se habían colocado unos tablones a modo de refuerzo, estos, apoyados en la estructura metálica en la que se soportan todos los plafones. Cruzó el primero de ellos por encima de los tablones, tras este había otro panel sin tablones y después otro con ellos: desconocía que debía saltar ese falso plafón no reforzado e ir a caer en los tablones del siguiente. Lo trágico del caso fue cuando descubrió la fragilidad del falso panel decorativo intermedio carente de señalización alguna, había puesto ya su peso en él, y como he dicho al principio era un tío grande, muy grande, un buen profesional y una excelente persona, tan grande que en segundos ya se había precipitado sobre el patio de butacas desde una altura de entre 17 y 20 metros. Los compañeros que le vieron caer todavía están atónitos, pero ya no podían hacer absolutamente nada, Héctor acababa de dejarnos, parece que entre la altura de la caída y su peso no debió sufrir apenas, pues ya no se pudo hacer nada por él, murió en el acto.

Honestidad profesional e integridad

Nos dejó en el intento de subsanar un problema técnico, un ruido de masa; su honestidad profesional y su integridad le hicieron subir al precario techo en la búsqueda de un problema que ya venía siendo estructural, pues llevaba ya alrededor de dos meses presentándose intermitentemente. Un problema derivado de la poca conciencia de los instaladores eléctricos del edificio y de sus diseñadores, algo normal en nuestro país, pues es ya normal encontrarse instalaciones donde el uso electroacústico y su necesaria exclusividad no se contempla. Tanto da quien luego se lo encuentre, juntamos una toma de tierra aquí y otra allá, que más da, además después se dan por buenos los trabajos efectuados sin rigurosidad y a correr con el dinero público, de nuevo, que más da, lastima que Héctor no pensó lo mismo.

Tras este trágico suceso, se aglutinaron todo tipo de personas, unas en el vano intento de ayudar, otras por la curiosidad de saber lo ocurrido y otras que lo único que querían era limpiar el terreno y seguir con las actividades como si nada hubiera ocurrido, pues me han contado que los despóticos directivos de Expo pretendieron hacer de nuevo la vista gorda con un suceso de la trascendencia citada, arengando al resto de trabajadores con la consigna de que aquí no ha pasado nada, el espectáculo debe continuar, (y un carajo!). Al no salirse con la suya, pues ningún compañero de Héctor quiso seguir con los trabajos impunemente como si nada hubiera ocurrido, estos directivos hicieron pública, sin duda alguna a regañadientes y sin tener otra solución, la proclama de suspensión total de las actividades por ese día, noche.

Me consta que se hizo un minuto de silencio en su honor, pero lejos de infravalorarlo, encuentro que es del todo insuficiente. Sé que la policía científica se fue del escenario del deceso sin tomar fotografía alguna de los techos y sin precintar el “local”, ya estaba todo visto. Sé que se le van a echar todas las responsabilidades a Héctor por no llevar arnés, aun cuando es del todo imposible asirse a estructura alguna cuando se está en tan deficitario techo y se transita en sentido horizontal por él. Sé que la conciencia dudosa de los arquitectos e ingenieros involucrados no va a hacer que se asesoren debidamente por un profesional para la próxima ocasión.

Un penoso edificio

Sé que se seguirán proyectando edificios con el concepto de “polivalentes” cuando, en la práctica, la realidad nos demuestra que no sirven bien para ningún uso concreto. Sé que se va a seguir trabajando como si tal cosa en tan penoso edificio, en cuanto a dotación técnica se refiere, sin mediar reparación alguna y sin reconocer sus carencias, por lo menos hasta que se acabe esta ya deplorable Expo. Sé que nunca sabremos quién puso esos tablones y que por vagancia o sabe Dios qué malsana actitud, dejó de poner los que faltaban. Sé que este triste suceso tampoco servirá para consolidar un convenio colectivo en este cada día más explotado sector. Sé que seguridad laboral va a seguir haciendo la vista gorda para no comprometer las actividades de esta anodina Expo, ¿cómo es posible que no se haya supervisado ni se haya hecho señalizar el peculiar trayecto establecido en dicho techo con la peligrosidad que su tránsito conlleva?, ¿lo harán ahora? Sé que se ha intentado tapar todo lo que ocurre y ha ocurrido ahí, en Expo2008, y me hace sentir de lo peor el saber que ha tenido que ocurrir una tragedia semejante para que empiece a salir información. Espero sinceramente que el tiempo borre todo recuerdo de esta Expo, así como se ha borrado hasta ahora toda información.

Escasos escrúpulos en esta Expo

Ahora, viendo los escasos escrúpulos que hay en esta Expo, que más que internacional parece de provincias, y sabiendo que cuento con el apoyo incondicional de Héctor, me preocupan los trabajadores que están expuestos a serios accidentes laborales en el edificio del Faro, diseño tan peculiar como gratificante es su vista, pero no su construcción, muy degradada ya por las lluvias. Me consta que a día de hoy se está efectuando la reparación de sus paredes con trabajadores de audiovisuales expuestos simultáneamente en su interior: señores, seamos serios aunque sea por una sola vez, si el edificio está mal, debe cerrarse, no vale otra apuesta que juegue con más vidas, ese edificio también es literalmente otra bomba de relojería, la fermentación de las toneladas de paja integrada en sus paredes desprende gases del tipo etanol que lo hacen tremendamente peligroso, pues pueden quemar, y si me apuran, con el calor que están siendo almacenados diría que pueden llegar a explotar. En este caso también con el beneplácito de los responsables de la seguridad laboral de Expo2008. Unas joyas. Creo del todo insuficiente la prohibición de no fumar a menos de 5 metros del edificio.

Desde este escrito, quiero hacer llegar mis más sinceras condolencias a los padres, familiares y amigos de Héctor, y en honor a la memoria de mi compañero, quiero expresar mi desprecio y mi más enérgica repulsa hacia todas aquellas personas que sin preparación especifica ni interés en tenerla, ostentan cargos directivos, sobre todo públicos, sin tener conciencia de los desastres que son capaces de producir al no saber ni poder realizar la función que se les ha encomendado, y que ellos han aceptado sin la menor consideración.

martes, 26 de agosto de 2008

Rafa Cámara

Me acabo de quedar helado, porque sí que conocí a Hector. Yo también soy técnico, en este caso maquinista, pero no le conocí como compañero de curro. Él fue el técnico de sonido en dos actuaciones de Griot Teatro, grupo en el que hice mis pinitos como mal actor. Recuerdo sobre todo una actuación hace dos años en las Fiestas del Barrio del Pilar. Él nos puso los micros y llevó el sonido durante la función. Nos echamos unas risas con la mierda de micros que nos había dejado la Junta de Distrito, y al final curramos con los nuestros, que no estaban tan machacados. Me queda su sonrisa y su trato amable y cordial. Un abrazo enorme a la familia y a sus íntimos.

Rafa.

La Expo asesina.

miércoles, 13 de agosto de 2008

La primera vez que me sentí padre.

Me vais a permitir que haga un poco de historia, a finales de los años 50 y principios de los 60, nacimos en una zona de León llamada el Páramo, una grupo de niños que, gracias al esfuerzo y sacrificio de nuestros padres, tuvimos la oportunidad de salir del medio rural del que procedíamos.


Con el paso de los años, ya en nuestra juventud, se fueron creando entre nosotros fuertes vínculos de amistad los cuales han llegado intactos e incluso reforzados hasta nuestros días.

Recuerdo, de aquellos años de juventud, que una de las experiencias que más me marcó, probablemente porque no tenía nada que ver con lo que nos estaba ocurriendo al resto del grupo, ya sabéis, lo típico, fiestas, parejas, experiencias profesionales, etc., como decía anteriormente para mi el acontecimiento que mas me impresionó, en aquellos momentos de mi vida, fue el nacimiento de Héctor, era el primer niño de un miembro del grupo y eso hizo que de alguna manera lo sintiera como un hijo propio.

El primer recuerdo claro y nítido que tengo de Héctor y que fue muy importante para mí, transcurre en Barcelona. A los pocos meses de nacer Héctor, su madre Lola fue a visitarme; en aquella época yo vivía en Barcelona, ciudad en la que Javier y Lola empezaron su andadura como pareja. Lola venía con Héctor, un niño precioso que, entre otros sentimientos como ternura, protección y mucho amor hizo que sintiera, por primera vez en mi vida, el instinto paternal.

De aquellos días en Barcelona recuerdo perfectamente una tarde en la que salimos a pasear por las Ramblas y lo que hice fue coger el carrito donde iba Héctor y pasearlo con la frente bien alta, con esa actitud de orgullo paterno y como diciendo a la gente que nos cruzábamos, "mirar que bebé mas hermoso y yo soy su padre”.

Gracias Héctor, tu sembraste en mi la semilla de la paternidad.

Paco Santamaría