miércoles, 22 de abril de 2009

EL EQUIPO B

Héctor, Sergio, Josete y yo

Nuestra pasión por el sonido nos llevó a coincidir en BK Liners, donde los conocí. Ellos ya eran amigos, y yo no encontré obstáculos para convertirme en uno más. Poco a poco íbamos convirtiéndonos en buenos técnicos, cuando en el verano de 2006 nos dieron la noticia que tanto esperábamos: ¡Nos íbamos de gira!


En realidad, nuestra labor era la de formar el equipo de reserva de la empresa, es decir, hacer los bolos que el equipo titular no pudiera por que le coincidiera con otro. Y así nació en nombre de nuestro equipo, EL EQUIPO B, que al final del verano acabó haciendo dos de las tres giras de la empresa y que poco después se ocuparía de todas.


Nuestra ilusión y nuestras ganas de aprender hicieron de nosotros un gran equipo a nivel técnico, pero sobre todo a nivel humano. Nos hicimos muy amigos y charlábamos, discutíamos, nos reíamos… Fueron muchos viajes, muchas horas en la rula, mucho sudor y mucho sufrimiento juntos, lo que hizo que nos uniéramos como una piña. Pero sobre todo, lo pasamos muy bien. Jamás me lo he pasado tan bien, me he reído tanto y he tenido tanta complicidad como con mi equipo.


Héctor aportaba sensatez, Sergio tesón, yo seguridad y Josete era como el "papi", siempre pendiente de nosotros y dispuesto a enseñarnos. Es como si en vez de a trabajar, fuéramos de campamento, porque suponía ir de viaje con los amigos a hacer algo que nos gustaba lejos de casa. Y dormíamos muy poco, porque en los viajes, que solían ser de noche, nunca parábamos de cascar y de reír. Aun cuando llevábamos 16 horas currando, y después de no haber dormido casi la noche anterior por haber estado de juerga durante el viaje, sacábamos fuerzas por pasar un rato juntos, y tomar "la penúltima" en la rula antes de dormir.


EL EQUIPO B ha sido una de las mejores etapas de mi vida, siempre la recordaré, y quiero dar agradecer a Héctor, a Sergio y a Josete que hayan sido tan buenos amigos, y que lo sigan siendo. Y a Héctor le debemos el continuar nuestra amistad y el recordarle juntos aunque sea duro. El nos observa a todos desde arriba y sobre todo nos escucha. Tenía buen oído el grandullón. Sigue escuchando nuestros montajes y diciendo "le falta subgrave". Nunca tenía suficiente. Y a nosotros "nos falta Héctor", nunca tendremos suficiente, y nunca será lo mismo, y por eso le echamos tanto de menos.



Carlos Fernández, "El concejal".